Ayer, el Ministro de Defensa solicitó a los medios de comunicación no cubrir los actos violentos de las FARC que son considerados terroristas.
Pues bien, en el marco del inicio de un proceso de negociación, esta solicitud es refutable pues no contribuye a mejorar el ambiente para un proceso de paz. En estos casos, “más información es mejor información”, dado que permite una mayor fiscalización de un proceso que, por su gran importancia, nos compete a todos los colombianos.
Por lo tanto, ahora, y tal vez más que nunca, la función de los medios es cubrir con mayor rigor y responsabilidad los hechos relacionados con el conflicto y con la paz. Solo de esa forma podremos saber si estamos avanzando a buen puerto con este proceso: al cierre de la violencia del conflicto.
Pero, para este momento cabe hacernos la pregunta: ¿cómo deben presentar los medios los hechos noticiosos relacionados al conflicto para contribuir a alcanzar la meta del proceso de paz?
A mi juicio, un adecuado cubrimiento del conflicto y la paz cumple con cuatro características esenciales: sistematicidad, imparcialidad, veracidad y, sobre todo, el uso de un lenguaje que evite alimentar posiciones de guerra de las partes en contienda.
De esta forma, los medios de comunicación podrían proveer insumos valiosos que permitan conocer mejor el fenómeno; verificar dónde está ocurriendo, a quiénes está afectando, quién está ejerciendo la violencia, entre otras dinámicas. Esto sería una valiosa contribución no sólo para que los tomadores de decisión puedan encauzar acertadamente el proceso, sino también para que la sociedad civil pueda ejercer veeduría y control sobre sus resultados.
Es por esta razón que desde el gobierno y, en especial desde el Ministerio de Defensa, se debería promover la participación de un mayor número de sectores de la sociedad civil interesados en la verificación del cumplimiento de los acuerdos entre las partes. Ello puede ser un factor que contribuya a la legitimación del proceso de negociación.